LAS BLANCAS
PALOMITAS. (Un cuento chino)
Diálogo de dos
niñas en el año 1960. Podría ser totalmente actual si no fuera porque los
chinos ahora han hecho un híbrido: El CC
(Comunismo-Capitalista). Parece que
uniendo lo peor de las dos cosas. ¡Lo que no logren los chinos…!
Comentario: No
hemos logrado cambiar unos trapos en cien años, para mejorar la vida de
nuestros niños. ¿Cómo lograremos evolucionar, cambiar el estado de conciencia,
o las vibraciones del planeta?, también por ellos.
Josefina sale corriendo de la escuela.
Lleva la túnica sucia y arrugada; la moña, es un jirón de cielo azul, al viento.
—
¡Eh, Sol, esperame! —grita
-jadeando- a una niña, que camina modosa, unos pasos adelante.
Esta se detiene y exclama azorada:
—
¡Pah, ¿qué le la pasó a la
túnica?!
—
¡Que me agarré con la
colorada! Nos revolcamos por todo el patio, hasta que vino la señorita Lilí y
nos separó.
—
Pero, ¿por qué?
—
Me robó la goma. Y decía que
era de ella, ¡mentirosa!, yo la conozco,
sé bien que era la mía, porque tiene una punta mordida.
—
La colorada es flor de
mentirosa. ¿Y ahora, qué le vas a decir a tu madre? miráte los bolsillos, ¡todos
descocidos!
—
Mi madre ni se entera. Es
María la que lava;¡y la plancha con almidón, qué asco! Odio la túnica; cuando
terminen las clases vamos a vestir al Judas con ella, ¡así la quemamos, total,
es el último año! ¿Qué te parece?
—
¡Estás loca! ¡No se puede
quemar la túnica!
—
¿Quién te dijo?
—
Se lo escuché decir a mi
padre.
—
Yo nunca oí nada de eso.
—
Porque no ponés atención,
andás siempre metida con tus cuentos de hadas, y no escuchás lo que hablan los
mayores.
—
¡Puaj, porque es mucho más
divertido ¿vos no te das cuenta el aburrimiento que son los grandes? Ellos
fueron los que inventaron la túnica, que es la cosa más incómoda que hay. ¡porque
ellos no tienen que usarla, que si no…!
—
No seas bestia, no la
inventaron los grandes; la inventó Varela.
—
¿Estás segura? Y, ¿quién era
Varela?
—
Creo que es el del monumento
de la placita. El de las escuelas públicas. Porque parece que antes había que
pagar para ir a la escuela…
—
¡Ah! ¿será por eso que antes
cantaban: “dame un vintén para ir a la escuela”?
—
¡No bruta! Lo que pasa es que
antes en vez de maestras había monjas, y si te portabas mal te hacían hincar en
sal, y entonces vino Varela y dijo que las maestras no se vistieran como monjas
y que los niños tenían que ir con túnica blanca. ¿Nunca oíste hablar de las
“palomitas de Varela?”.
—
¡No! Yo no tenía ni idea de
todo eso. Pero ¿viste a la maestra Rosita? ¡no será monja, pero casi, y los
vestidos que usa son horribles ¿Y a nosotros, los niños, porqué se les ocurrió
disfrazarnos con esta cosa espantosa? ¡Y blanca, además, que te movés y se
ensucia!
—
Si, es cierto, es muy
incómoda, pero parece que es algo que tiene que ver con la democracia.
—
¡No te puedo creer! Estás
inventando.
—
Sí, ¡no seas ignorante! Mi
papá dice que es algo que sale de los griegos…
—
¿Lo qué, las túnicas?
—
Si, creo que las túnicas
también salen de los griegos; pero ahora te estoy diciendo de la democracia,
que mi papá dijo que al usar túnica parecemos todos iguales y que eso es
democrático.
—
¡Ah sí, cómo no!. Pareceremos
iguales, ¡pero yo no soy ninguna mentirosa, ni una ladrona de gomas como la
colorada! Y además, ¿Cuándo te sacás la túnica, qué pasa con la democracia, eh?
—
Ah, eso sí, que no lo sé, no
lo dijo…
—
Entonces los chinos deben ser
muy democráticos, porque el otro día, vi una película y andaban todos
igualitos, en bicicleta y vestidos de gris.
—
No sé, nada. Yo de los chinos
lo único que sé es que comen mucho arroz. Bueno, llegamos. ¿venís a jugar,
después de tomar la leche?
—
Sí, pero primero tengo que
hablar con María, para que me salve con lo de la túnica.
- - - - - - --
— ¡Pero niña, mira en qué estado traes esa túnica!
— Sé buena, María, y no se lo digas a mamá. Es que me "pelié" con una niña.
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— ¡Pero niña, mira en qué estado traes esa túnica!
— Sé buena, María, y no se lo digas a mamá. Es que me "pelié" con una niña.
—
¿La colorada otra vez?
—
Si, ¡es una estúpida, me robó
la goma!
—
Siempre lo mismo, Jóse, cuando no es la goma es
el lápiz, ¿es que no aprenden nada en esa escuela?
—
Si, María, hoy aprendí algo, pero no en la
escuela, me lo contó Sol.
—
¡Bueno, cuéntame! ¿Qué
aprendiste?
—
Que la túnica es algo así como un símbolo de
la democracia.
—
¡¿Pero qué cosas dices,
Josefina, mire si un estropicio como este, va a tener que ver con algo tan
importante?!
—
Se lo dijo a Sol, su papá.
—
A ver, explícame como sería eso.
—
Dijo que con la túnica somos todos iguales, y
eso es democracia
—
¡Linda cosa si esa tal
democracia, queda en manos de una lavandera, para que la remiende! ¡Y encima
para que los niños la estropeen durante cuatro horas, y el resto del día, quede
colgada de una percha!.
—
¿Y entonces, para vos, María,
qué cosa es la democracia?
—
¡Yo que sé, niña! Creo que es
algo que se vota para que tu mamá me aumente el sueldo.